El zaque temió entonces que su ejército no resultara lo suficientemente fuerte como para ganar la batalla, y se devolvió a sus dominios, lo que afectó notablemente su reputación y le dio más ánimos al zipa, cuando éste se hubo enterado.
El zipa aprovechó la huida del zaque para castigar al pueblo de Ubaque, cuyo cacique lo había traicionado uniéndose al bando del zaque e invadiendo y destruyendo los pueblos de Pasca y Une.
[3] En 1490, una vez que tuvo el zipa el control sobre sus territorios, juntó todo su ejército y fingió dirigirse contra los panches, pero en realidad lo condujo aceleradamente hacia Sopó, donde juntó sus fuerzas con las de este cacique y otros enemigos del zaque para tomar rumbo hacia el Zacazgo.
En el camino pasaron por Guatavita, cuyo cacique, atemorizado por la última derrota, no se atrevió a hacerles frente.
Cuando el zipa llegó con sus tropas, se inició inmediatamente la batalla de Chocontá, que fue particularmente sangrienta.