Se encuentran a una altitud de 600 metros y están habitados desde el siglo XIV.
Sin embargo, los monasterios no empezaron a construirse hasta el siglo XIV, cuando los religiosos tuvieron que refugiarse ante los numerosos ataques del Imperio otomano en Grecia.
[3] En 1344, Atanasio Koinotivis del monte Athos llegó con un grupo de seguidores a Meteora.
La única manera de entrar era subiendo por una gran escalera, que los monjes podían replegar cuando se sentían amenazados.
Los ermitaños, buscando refugio ante el avance turco, decidieron que los peñascos de Meteora eran el lugar idóneo.
[7] Un gran número de los monasterios fueron destruidos o arruinados en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial por las tropas alemanas, debido a que la resistencia griega se refugió en ellos durante la invasión a Grecia y posterior ocupación militar.
Todos pueden visitarlos con las salvedades de utilizar ropa que cubra la desnudez del cuerpo.
En estos recorridos se pueden ver pinturas, vestimentas y objetos históricos de los monasterios.