La mendicidad es la práctica de pedir limosna.
Esta práctica puede generar una serie interacciones simbólicas, psicológicas, materiales o emocionales, esta actividad incluye a todas las personas cuya situación es la desigualdad social y económica y por tanto la pobreza, el desempleo y el desarraigo por carecer de ingresos para vivir.
La mendicidad es común a todos los países, sociedades y economías, puede llegar a alcanzar un grado cruento en el Tercer Mundo.
La desigualdad social, el desempleo, explotación laboral, diversos accidentes, migraciones, la avanzada edad, el vagabundeo y auto-ENFERMO, las enfermedades mentales e incluso la negativa a recibir ayuda, son algunos de los motivos más frecuentes.
[3] Además, la mendicidad infantil es la que más se intenta frenar desde las autoridades gubernamentales ya que afecta a menores.