Mendicidad infantil forzada

[1]​ La Buffalo Human Rights Law Review define la mendicidad como «la actividad de pedir dinero como caridad en la calle».

[1]​ De acuerdo con el Banco Mundial, la existencia de esta práctica ha sido registrado en Asia del Sur y Asia Central, Europa, América Latina, el Caribe, el Oriente Medio y África occidental.

[11]​ La mendicidad forzada es una práctica lucrativa en la que los explotadores están motivados por incentivos económicos.

[2]​ En los casos más graves las redes de niños obligados a mendigar pueden generar US$ 30.000-40.000 para el explotador.

[12]​ Aunque las redes familiares no son tan extensas, un estudio realizado en Albania demostró que una familia con varios niños mendigando puede ganar hasta quince euros al día, una cantidad mayor que el salario promedio de los maestros de escuela del mismo país.

[10]​ Según el Banco Mundial, la mendicidad forzada se produce más comúnmente en los países donde las leyes que la prohíben son escasos y que carecen de regulación adecuada para combatir el tráfico, como en el Oriente Medio y los países de África Occidental.

[10]​ Muchos países, como Indonesia, cuentan con leyes contra la mendicidad, pero las sanciones sólo incluyen una detención temporal seguida por la puesta en libertad en las calles, lo que hace poco para combatir el problema.

[1]​ Human Rights Watch reveló que después de las horas diarias de mendicidad, los niños no tienen acceso a un refugio adecuado, ni alimentación adecuada o asistencia médica en el lugar donde residen.

[2]​ La protección comienza con la aplicación de medidas estrictas para combatir el tráfico y la mendicidad.

[17]​ Aunque sea bien intencionada, la donación de limosnas a los niños mendigos sólo hace la práctica de la mendicidad infantil más lucrativa, y pronto el dinero recaudado terminará en las manos del explotador del niño.

[17]​ En Senegal, donde los talibes (estudiantes jóvenes en las escuelas coránicas) fueron víctimas de extensos abusos, incluyendo la mendicidad forzada, se realizaron varias iniciativas para poner fin a esta explotación con el apoyo del Banco Mundial.

Recientemente, el departamento estableció una línea telefónica que permite al público informar las autoridades sobre posibles casos de mendicidad forzada.

[8]​ Muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) han iniciado campañas para informar el público sobre los efectos negativos de las limosnas.

[21]​ En China, donde se ha documentado la práctica rutinaria del secuestro de niños para la mendicidad forzada, se inició una campaña multimedia con el fin de rescatar los niños secuestrados y forzados a mendigar.

Esta campaña ha permitido recuperar al menos seis niños, que fueron reunidos con sus familias.