Se diferencia del acordeón cromático porque su estructura musical depende de unas escalas determinadas.
Para propósitos musicales a menudo se les cambian los tonos a estos acordeones manteniendo los mismos intervalos y relaciones armónicas de su fabricación: Como vemos, se les denomina de acuerdo con las letras correspondientes a sus tres tonalidades mayores naturales empezando desde la más baja o grave hasta la más aguda.
Esto conlleva a una limitación de notas y acordes, por lo que su uso comúnmente queda relegado a unos estilos de música concretos (música tradicional, folclórica, cumbia, merengue, etc.) Por otro lado, hay acordeonistas profesionales eligen tener varios acordeones diatónicos, afinados en varias tonalidades, lo cual les permite transportar de una tonalidad a otra sin más complicaciones.
Cabe aclarar que esto no quiere decir que se requiera cambiar de acordeón en medio de una canción, pero sí puede resultar cómodo cambiarlo para interpretar distintas canciones.
El mantenimiento del acordeón (ya sea cromático o diatónico) no es algo doméstico, sino que se suele relegar a técnicos especializados, por lo que puede resultar algo costoso.