Es utilizada como polinizadora de invernaderos para reemplazar a la abeja doméstica (Apis mellifera) porque es mucho más eficiente y menos peligrosa.
[2] Estas abejas tienen características pertenecientes a la familia Apidae del orden Hymenoptera.
La cabeza tiene antenas tipo filiformes las cuales son extremadamente sensibles y las ayudan a orientarse.
Tienen un aparato bucal masticador y chupador, en que la lengua es utilizada para absorber el néctar.
En las trasera se encuentran las corbículas que son las canastas en las cuales la abeja recolecta y acumula el polen para transportarlo a la colmena.
Al haber perdido su aguijón como carácter defensivo las meliponas han desarrollado diferentes estrategias para perseverar y evitar perjuicios frente a las fuerzas físicas y bióticas del ambiente, allende de las modificaciones humanas de los nichos que estas hymenopteras ocupan.
Las abejas pueden desarrollar dependencia hacia ciertas especies y transmitir esa selectividad a otras obreras, incluso de manera intergeneracional.
[5] Las meliponas interactúan de igual manera con otros elementos bióticos y abióticos como el barro, la salvia, resinas, excrementos, ceras o todos estos reunidos en colmenas extranjeras que son asaltadas por especies parásitas.
[5] Se reconoce esta especie por sus alas translúcidas, su cuerpo negro redondeado, siempre tienen rayas amarillas en el tercer al sexto tergito abdominal.
Debido a que es una especie eusocial esta tiene tres tipos de morfologías, reinas, obreras y machos zánganos.
Su morfología puede variar en relación con la altura del nicho que estas ocupan y demás fuerzas físicas del ambiente, el carácter que más se ve alterado son las alas difiriendo en tamaño y venación.
Esto se puede deber a la alta magnitud de grasa presente en las abejas reinas.
[1] Fenotípicamente las reinas suelen ser más grandes que las obreras debido al desarrollo de ovarios y un abdomen protuberante.
[1] Estas abejas son propias del Neotrópico y tienen un gran rango de distribución en Brasil.
[8] Las líneas amarillas que se observan en el segundo y quinto terguito abdominal son continuas en las abejas obreras.
[9] Cuando la colonia llega a cierto tamaño y un nuevo lugar para poner nido es encontrado por una abeja exploradora, algunas obreras empiezan a transportar materiales de construcción desde la vieja colonia hasta el nuevo lugar.
Las abejas que cuidan de estas larvas, a veces ponen huevos tróficos.
Este comportamiento de reproducción, si solo un macho insemina a una hembra, facilita la evolución social en las abejas.
En ese momento, las obreras comienzan a depositar comida para las larvas en cada celda y, ocasionalmente, ponen huevos en estas.
Los primeros reportes escritos sobre estas especies corresponden a las crónicas de Historia natural realizadas por conquistadores hispanos y germanos en el Nuevo Mundo a partir del siglo XVI, en su esfuerzo por crear compendios de todos los objetos y seres del mundo.
[16] Hoy en día la meliponicultura se encuentra mayormente en países de América Central y Sudamérica.