Su cultivo parece datar de hacia los siglos S XVII y XVIII.
El fruto es una legumbre sentada, incluida en el cáliz, indehiscente, de forma ovoide y contiene una sola semilla.
Respecto a la posición de las yemas de recambio durante la estación desfavorable (en nuestro caso principalmente por calor o sequía) estas se encuentra en la superficie del suelo o inmediatamente debajo, es decir, su biotipo es hemicriptófito.
Crece bien en temperaturas medias, tolerando mejor las bajas (encontrándose hasta los 1800 m en el piso montano y subalpino) que las altas temperaturas, deteniendo su crecimiento a partir de 30-35 °C, por lo que se adapta bien a climas fríos y/o templados, dando peores rendimientos en los climas cálidos.
No soporta los encharcamientos prolongados ni la sequía, siendo las necesidades hídricas el punto más delicado de su cultivo, sobre todo en el verano.
Las tierras que se siembran no han debido soportarlo en varios años antes, dos o tres como mínimo.
Su cultivo como forrajera se inició en el norte de Europa y actualmente se ha extendido a todo el planeta, con gran difusión en toda la Europa continental, sur de Australia, Nueva Zelanda, noreste asiático, USA y el cono sur americano.
Ha pasado a estar naturalizado en muchas áreas templadas, incluidas América y Australasia, por escape del cultivo.
En España no existen datos oficiales de producción individualizados para el cultivo del trébol rojo.
Debe sembrarse temprano en otoño, dado que sus plántulas son sensibles al frío.
En caso de que se siembre en primavera el aprovechamiento debe diferirse hasta el otoño siguiente.
Se desarrolla muy bien en siembras asociadas por poseer un alto grado de tolerancia a la sombra, pudiéndose sembrar hasta 8 kilogramos por hectárea.
Asimismo, se ha observado que dichos niveles descienden en forma apreciable tanto durante el invierno como durante el verano, lo cual puede afectar notablemente la productividad y la persistencia de esta especie a través de esas épocas del año.
El trébol rojo se adapta así a un manejo racional tipo pastoreo rotativo.
En los citados períodos críticos, el trébol rojo deberá permanecer con áreas foliares adecuadas, con lo que se equilibrará los gastos en metabolitos y en verano se favorecerá además una mejor utilización del agua.
En este último sentido es fundamental entrar al período estival con sistemas radiculares extendidos.
Aunque tiene un menor contenido proteico que la alfalfa, presenta una elevada proporción de glúcidos y una mayor digestibilidad.
Tiene un aprovechamiento mucho mejor como corte que como pastoreo (al ser una especie de porte casi erecto, con corona superficial, susceptibilidad al pastoreo, con ciclo de reservas, etc.).
Se han desarrollado en Nueva Zelanda y Australia, variedades con menor contenido en la isoflavona formononetina, responsable del descenso en la fertilidad de las ovejas: Existe otro cultivar australiano digno de mención, dada su fácil propagación vegetativa gracias a su hábito estolonífero, y su gran persistencia al ser pastado a diente.
Si están presentes varían, desde un punto central verde brillante, hasta una marca irregular en forma de media luna.
El peciolo es estirado y piloso, con finos haces vasculares de color verde oscuro.
La productividad de Redquin es especialmente superior en las condiciones ambientales del otoño y el invierno.
El contenido en formononetin era de 0,09 % en peso seco, comparado con el 0,85 % presente en el cultivar originario Quinequeli.
Leguminosae) y táxones infraespecíficos: 2n=16[2] 2n=14[3] Trifolium: nombre genérico derivado del latín que significa "con tres hojas".
[4] pratense: epíteto latino que significa "de los prados"[5] Hay siete variedades: 87-5066