Previo al otorgamiento de la medalla se dará cuenta a la Asamblea General.
Durante el debate parlamentario en la Cámara de Senadores, hubo senadores que consideraban esta Medalla como un regalo de estilo protocolar, tal como dijo el Senador Raffo, lo cual es rebatido por el Senador Cassina, porque por lo que se dijo a favor en la discusión en la Cámara de Representantes a favor de la propuesta, refiere a la reciprocidad, al decir de que cuando el Presidente de Uruguay "concurre a otro país, como invitado, o recibe en ese carácter a dignatarios extranjeros, normalmente le entregan condecoraciones y él no tiene nada para dar a la recíproca".
Lo que hay es que por medio de esa reciprocidad protocolar se crea, en su opinión, un elemento uniformizador y democrático por el que el Estado cuenta con un patrón común en lugar de canalizar los obsequios en unción del criterio o el gusto de cada govbernante.
Además, constituiría un elemento de ayuda al Estado al mantener la tradición de austeridad el país y se evitan los regalos pomposos y excesivos.
[9] El sustento de esta afirmación Ferreira Sienra lo señala (como ya lo había hecho cuando estuvo en el debate parlamentario como diputado en la época de la discusión del proyecto de ley) en que es una de las tradiciones más arraigadas en el país, que figuras como José Artigas rechazaron títulos y que es el único país en la región en el que no se le llama "Excelencia" al Presidente y Ministros ni "Honorables" a los legisladores sino que se les refiere por su cargo como tal, en una tradición de la República como entidad austera que genera obligaciones y no premios.