El primer mecanismo conocido para producir movimiento en línea recta fue una aproximación, descrita en 1784 por James Watt.
Se utilizan en una variedad de aplicaciones, como motores, suspensiones de vehículos, robots andantes y ruedas móviles.
A finales del siglo XVII, antes del desarrollo de limadoras y fresadoras, era extremadamente difícil disponer de máquinas capaces de tratar directamente superficies planas.
Por esta razón, no era posible mecanizar juntas de deslizamiento eficientes.
A pesar de que no genera una línea recta exacta, consigue una aproximación suficientemente buena sobre una distancia de desplazamiento considerable.