Este trabajo deja ver numerosas influencias de Joyce, Kafka, Mann, Nabokov y Proust.
La traducción al español corrió a cargo de Rafael Carpintero y fue publicada por Santillana.
El libro gira en torno a un taller de ilustradores en el Imperio Otomano, en que recientemente ha sido cometido un asesinato.
A partir de allí diversos narradores cuentan los sucesos que rodean la búsqueda y captura del asesino.
Igualmente el libro se aventura a analizar las cualidades homoeróticas en las relaciones al interior del gremio de los ilustradores, que oscilan entre la camaradería y el deseo sexual.