[1][2] Mazin fue figura clave en la institucionalización de la comunidad judía española durante el franquismo,[3] pionero del asociacionismo empresarial español e impulsor del liberalismo económico en la España postfranquista.
[14] Max Mazin es considerado la persona que orquestó e institucionalizó la vida judía contemporánea en España, habiendo conseguido el reconocimiento para una comunidad judía en este país con carácter oficial por primera vez desde la época de los Reyes Católicos.
Casi una década después, en 1961, sería elegido presidente de dicha comunidad.
Unos años más tarde establecería la sede de la organización Bnei Brith en España.
[2][15] Su constante labor ante las autoridades españolas en una época en la que los discursos antijudíos no eran poco comunes, dio su fruto cuando Francisco Franco le otorgó los permisos de asociación, obligatorios en esa época, y seguidamente el visto bueno para construir una sinagoga, la primera autorizada oficialmente en España desde 1350[16] (y primera en abrirse al culto hebreo desde la expulsión de los judíos[17][18]).
[16] Max Mazin consideró de gran importancia las relaciones entre judíos y cristianos.
Dicha asociación, presidida en su día por Camilo José Cela,[23] y que contaba con personalidades como Antonio Fernández Gil,[2] se estableció con fines de intercambio cultural y científico, así como el impulso del establecimiento de relaciones entre los dos países.
[24] En 1980, un atentado perpetrado por la organización terrorista Frente Palestino de Abu Nidal intentó acabar con su vida.
[12][1] En 1991, fue nombrado presidente de la fundación CEIM, donde creó el primer programa para niños con altas capacidades.