Masacre de Tandil

[1]​ En los hechos tuvo una actuación destacada Gerónimo G. Solané, un gaucho argentino, boliviano o chileno[2]​ conocido como Tata Dios o Médico Dios, que se presentaba como sanador y profeta.En 1872, el Tata Dios Solané y sus malevos levantaron una toldería en un campo llamado La Argentina, perteneciente a la familia Gómez.El plan de exterminio que no llegó a completarse era mucho más amplio.Planeaban asesinar a inmigrantes en Azul, Tapalqué, Rauch, Bolívar, Zárate y otras localidades donde existían grupos de paisanos ligados al movimiento creado por Tata Dios, cuyas prédicas contra los extranjeros y masones –a los que calificaba como enemigos de Dios– habían calado muy hondo.[5]​ El polifacético escritor y pensador entrerriano Francisco Felipe Fernández escribió, casi al momento de sucedidos los hechos, un drama teatral titulado Solané.Pero esa obra no se publicó hasta 1881, en que la incluyó en la edición de sus Obras dramáticas.Pocas horas después, ya finalizada las celebraciones de Año Nuevo, partieron hacia Tandil.Al grito de «¡Viva la Patria», «¡Viva la Religión!», «¡Mueran los gringos (como se conocía a los recientes inmigrantes europeos, principalmente de origen anglosajón) y los masones!» y «¡Maten, siendo gringos y vascos!», se dirigieron corriendo a la plaza central del pueblo donde se encontraba la multitud.En casa siempre se creyó, más o menos así, esta historia que hoy es leyenda».Un equipo policíaco apoyado por vecinos apresó el grupo y comenzó un intento de «justicia por mano propia».Fueron encarcelados todos en la comisaría local, donde Tata Dios ya estaba encarcelado y no se responsabilizaba de los hechos ya que lo encontraron en la estancia La Argentina donde cumplía funciones de curandero.Fueron condenados a muerte tres gauchos: Cruz Gutiérrez, Esteban Lasarte y Juan Villalba.Lasarte pidió como último deseo no ser tocado, ni vivo ni muerto, por ningún gringo (inmigrantes europeos, en este caso en su mayoría eran italianos), y Gutiérrez murió gritando «¡Viva la Patria!».
El Tata Dios (Gerónimo G. Solané) ―en el centro― y sus doce apóstoles.