[5] Los cuerpos fueron encontrados a medianos de mayo, en una fosa común,[3] lo que provocó consternación en la opinión pública.
[5] El área donde ocurrió la masacre ya tubo enfrentamientos con graves consecuencias en otras ocasiones, 40 mestizos que se trasladaron a vivir al lugar fueron asesinados en años recientes.
[2] Las víctimas era la totalidad de una pequeña brigada ELITE[5] de vacunación y chequeo estacional compuesta por Manuel Lagos (médico en jefe), Juan Espinar (obstetra), Marcelo Huamán (enfermero) y Gladys Salazar (técnico en enfermería).
[5] Según Peña Vergaray sus mismos secuestradores le afirmaron que los asesinos eran de la etnia, pero que no pertenecían a Tagkijap y mucho menos eran personas relevantes en la sociedad civil de los amerindios.
[5] La masacre fue comparado con otros incidentes relacionados con las comunidades indígenas como el Andahuaylazo de Antauro Humala.