Como miembro de las anacardiáceas, pertenece a la misma familia que el mango, el pistacho y el anacardo.
[1] También gusta a facóqueros, kobos (Kobus ellipsiprymnus), jirafas, cebras, kudus y monos.
El aceite hecho con la semilla, rico en antioxidantes y ácido oléico, se usa en cosméticos.
La infusión del fruto se usa en algunos lugares para lavar a los animales domésticos infestados de garrapatas y como insecticida.
Inhalando los vapores de la corteza en agua caliente se combaten las alergias, pues contiene antihistamínicos.
Si quieren un chico, deben alimentarse de la corteza pulverizada del árbol macho, y viceversa.
Las capas interiores de la corteza, filamentosas, se usan para fabricar cuerdas, como se hace con el mopane, pero no hay que confundirse, pues la madera de la marula es blanda y la del mopane es muy dura.
[2] Sclerocarya: nombre genérico que deriva de las palabras griegas: scleros, “dura” y karya, “nuez”.
La marula recibe diferentes nombres según el país y la etnia; por ejemplo, en los países de habla inglesa, las traducciones de sus apelativos en las lenguas locales (didissa entre los boran; dania entre los hausa; muua entre los kamba; ufuongo entre los kwangali; ol-magwai entre los masais; oruluo entre los pokot; kaketalum entre los sebei; mutsomo, mukwakwa, mufura o mufuma entre los shona; umganu entre los swazi, los tonga y los zulúes; totolokwo entre los tugen, nkanyi entre los shangaan...) han dado lugar a una larga variedad de nombres, como jelly plum, cat thorn, morula, cider tree, marula, amarula y marrola.