con ejercicio, y de María Cristina Muñoz y Borbón, su mujer, I marquesa de la Isabela y vizcondesa de la Dehesilla, dama de la Orden de María Luisa, que era hermana uterina de la reina Isabel II e hija a su vez de la reina gobernadora María Cristina, viuda que fue de su tío el rey Fernando VII, y de Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, su segundo marido, I duque de Riánsares.
Parece que con esta merced Alfonso XIII quiso premiar los méritos de los marqueses de Campo Sagrado, padres de Jesús María, y también honrar al hijo propter nuptias, pues dos días después de expedirse la Real Carta este iba a contraer matrimonio con María del Consuelo Alcalá-Galiano y Osma,[4] hija de Emilio Alcalá-Galiano y Valencia, IV conde de Casa Valencia, II vizconde del Pontón, grande de España, ministro de Estado, embajador en Londres, diputado a Cortes, senador, consejero de Estado, académico de la Real Academia Española y Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, gran cruz de Carlos III, maestrante de Sevilla, gentilhombre de Cámara de S.M.
El concesionario sucedió años más tarde en la casa de sus padres, como se ha dicho.
Y también su mujer —después de la Guerra y siendo ya viuda— sucedió en los títulos y grandeza de su familia, por haber muerto sin prole sus tres hermanos varones: Emilio, V conde de Casa Valencia, Juan, I conde de Romilla, y Álvaro Alcalá-Galiano y Osma, III marqués de Castel Bravo.
La denominación original del marquesado se refería a la aldea de los Sotos, sita en la parroquia de San Martín de Riaño y concejo de Langreo, Asturias, donde los Campo Sagrado poseían bienes raíces procedentes del mayorazgo de su palacio de Villa.