José Bernardo de Tagle

Emprendió entonces viaje hacia la península ibérica, pasando por Panamá, La Habana para finalmente arribar a Cádiz.La importancia de este suceso fue trascendental para el proceso emancipador peruano ya que sin mayor violencia se ganó definitivamente a la causa independentista a una extensa región del norte del Virreinato peruano.Desempeñó sus funciones con la ecuanimidad que el caso requería, pero no pudo evitar que el republicanismo exaltado se desbordase hasta obtener la expulsión del odiado ministro argentino Bernardo Monteagudo.Tal vez Tagle sintió un gran alivio cuando San Martín retornó a Lima y reasumió la pesada labor de gobierno, y él por su parte pudo volver a su labor más calmada como inspector de los guardias cívicos.El Libertador rioplatense no tuvo reparos en calificarlo, tiempo después, de “débil e inepto”.Como vicepresidente le acompañaba el noble limeño Diego de Aliaga.Berindoaga llegó al campamento realista en Jauja (sierra central del Perú), donde se entrevistó con los generales Juan Loriga y Juan Antonio Monet, y con el brigadier Andrés García Camba; luego quiso ir a Huancayo a encontrarse con José de Canterac, pero este se negó a recibirlo.Berindoaga dio por terminada su misión, sin lograr su cometido, y volvió a Lima.Se mencionaba también de un plan para establecer un gobierno compartido o Triunvirato que estaría integrado por Tagle, Aliaga y el virrey La Serna.En otras palabras, según la versión de Tagle, se había usado su nombre sin su consentimiento para involucrarlo en una traición a la causa patriota.Todo indica que hasta ese momento, Tagle permanecía leal a la causa de la emancipación.Las tropas realistas provenientes de la sierra avanzaron hacia Lima para apoyar a los rebeldes.Pero, para su sorpresa, no sólo no fue tratado como prisionero, sino que se le reconoció el grado que había tenido en el ejército realista, se le puso en su casa una guardia de honor y se le ofreció el mando civil de la ciudad.El único varón falleció en 1832 y una de las mujeres se convirtió en religiosa.Pero este juicio severo tiene el inevitable error humano de circunscribirse en la última actuación del personaje, sin mirar su trayectoria completa, así como no tener en cuenta el contexto de los hechos.En cuanto al vizconde de San Donás, Juan de Berindoaga, el escritor Riva Agüero sostiene sin rodeos que Bolívar lo fusiló «no por traición sino por negra venganza».El historiador Vargas Ugarte asevera por su parte que «Berindoaga había procedido siempre como buen ciudadano y la inculpación de traidor no tenía consistencia».En la persona del vizconde, Bolívar pretendía escarmentar a la aristocracia limeña, que le era adversa.La ejecución de Berindoaga, al igual que la entrega del prócer venezolano Francisco de Miranda a los españoles, se debe contar entre las páginas negras del Libertador.Nacido en Santander, hizo una meritoria carrera militar que lo llevó a participar en muchas expediciones en el continente, siendo finalmente designado Pagador Perpetuo de la Real Armada en el Callao.La casona presenta una fachada asimétrica con una portada labrada en piedra, en cuya parte superior destaca el escudo de la familia Torre Tagle, en el que reza la leyenda: «Tagle se llamó quien a la sierpe mató y con la infanta casó».
Firma de José Bernardo de Torre Tagle y Portocarrero.
Primera reforma de la bandera nacional del Perú por Torre Tagle.
Segunda reforma de la bandera nacional del Perú por Torre Tagle.