No obstante, existe una versión más realista de dicha historia contada por Jacques Hillairet en "Dictionnaire historique des rues de Paris".Su hija pidió permiso dos días después para ingresar en la cárcel y así poder estar con él.Según la versión de Hillairet, la imagen de Marie-Maurille abrazando a su padre y suplicando por su vida entre lágrimas conmovió a la muchedumbre asesina.Stanislas-Marie Maillard, presidente del tribunal improvisado en la prisión, declaró entonces al marqués inocente.De hecho, la propia Marie-Maurille siempre sostuvo que el vaso manchado de sangre contenía vino rojo.