Además tuvo un noviazgo con Pilar Alvira, pero la oposición de las familias hizo que la relación se rompiera.
[6] Ya en 1881 decidió ir a Madrid e ingresó ese mismo año en El Liberal, donde trabajó durante cinco años, excepto un periodo de cinco meses durante los cuales fue director del Diario Democrático de Tarragona.
Era individualista, no le gustaba la popularidad y tenía un piso solo para conservar su biblioteca, que se malvendió cuando falleció.
[6] No fue un especialista, pero tenía una amplia formación humanística, vastos conocimientos filológicos y una memoria prodigiosa que contribuía a su erudición.
Estuvo siempre apartado de la política; pero era un liberal tolerante con todos, con las ideas y con las personas.
Tras describir un pavoroso fuego y la destrucción de la pinacoteca completa, solo al final del artículo Cavia aclaraba que toda la crónica era ficticia... si bien podía convertirse en realidad cualquier día.
Termina Cavia imaginando una guerra entre franceses aficionados taurinos y antitaurinos.
[11] Existe en la actualidad el Premio Mariano de Cavia otorgado anualmente por el diario ABC en Madrid.