Su nombramiento generó una gran expectación, apareció en la portada del diario La Vanguardia y la Diputación de Barcelona le hizo un homenaje.
Entre las muchas personas asistentes al evento se encontraba una joven, Dolors Vives Rodón, conocida como Lolita Vives, quien no tardó en seguir sus pasos como otra de las pioneras de la aviación española.
[6] Tres años después, en 1935, Mari Pepa se convertiría en la primera mujer instructora de vuelo española.
Tras ayudar a cruzar la frontera hispano-francesa a miles de exiliados republicanos, al final de la guerra es ella la que se exilió, junto al que había sido su profesor, el piloto Josep Maria Carreras y Dexeus, que se convertiría posteriormente en su marido.
No volvió a pilotar nunca más un avión y cuando se le preguntaba por qué, su respuesta siempre fue que en Inglaterra no había trabajo para ella como piloto.