Desde la Guerra de Sucesión Bretona, Bretaña había asumido la Ley Semi-sálica, por la cual las mujeres no podían heredar mientras no se hubiese extinguido la línea masculina.
Tras el Tratado de Guérande, que puso fin a la guerra, ni Margarita ni su hermana María fueron reconocidas como herederas del ducado, por lo que a la muerte de su progenitor, el tío de ambas, Pedro II de Bretaña, lo sucedió como duque de Bretaña.
Para evitar futuras disputas debido a la ausencia de herederos por su parte, Pedro arregló el matrimonio de Margarita con su primo Francisco de Étampes, segundo en la orden de sucesión y único miembro masculino de la Casa de Montfort.
Asimismo, el duque arregló también el matrimonio de María con Juan II, vizconde de Rohan, el noble más poderoso de Bretaña.
El matrimonio tuvo un único hijo, Juan, conde de Montfort, muerto a los tres meses de vida.