En esta época del siglo XIII se edificó la torre poligonal llamada Vieux Donjon («Antiguo Torreón», único vestigio de periodo).
En 1466, Francisco I de Bretaña decide reconstruir el castillo.
El nuevo edificio será a la vez la residencia principal de la corte ducal y una fortaleza militar capaz de resistir al poder real.
Para alojar a la familia real, se enriquece con un nuevo edificio de estilo renacentista: la Casa del Rey, a la que se le llama actualmente "el Pequeño Gobierno".
Estos últimos se equiparon con plataformas para poder albergar cañones.
Después de haber alojado príncipes, cortes y reyes, el edificio, poco a poco abandonado, cambió de uso, convirtiéndose en cuartel y prisión.
La iluminación nocturna revaloriza el lugar en su complejidad arquitectónica, en el seno del tisú urbano.
En la fachada sur, una luz móvil se desliza sobre la imponente muralla.
El brazo del Loira, situado al pie del castillo, es desde la antigüedad una vía navegable esencial para la circulación de hombres y mercancías.
La línea de ferrocarril Nantes-Saint Nazaire, acondicionada al borde del Loira, no había aún reemplazado al río en el transporte de mercancías.