Margaret Pittman

En 1923 se graduó magna cum laude en Hendrix con una licenciatura en Biología y Matemáticas.Su trabajo sobre esta cuestión la llevó a descubrir que existía una segunda cepa (más tarde se descubrió que eran múltiples) del organismo, algunas de las cuales estaban encapsuladas.Esta investigación permitió el desarrollo de un antisuero y, posteriormente una vacuna conocida como Hib contra la meningitis causada por una cepa (conocida como cepa b) de H. influenza, que a menudo provocaba ceguera y, a veces, la muerte en los niños más pequeños.Esta investigación también le valió a Pittman una reputación científica internacional antes de cumplir los treinta años.En 1934, cuando la Gran Depresión se apoderó del país, el nombramiento de Pittman en el Instituto Rockefeller finalizó y, aceptando un recorte salarial, aceptó un puesto en los Laboratorios del Departamento de Salud del Estado de Nueva York, donde trabajó en productos biológicos (vacunas y antisueros inyectados en el cuerpo humano).[8]​ En 1935, el Congreso de los Estados Unidos aprobó y el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Ley de Seguridad Social, que incluía fondos para expandir la investigación sanitaria en el gobierno federal.Durante la Segunda Guerra Mundial, su trabajo se centró en las fiebres tras la administración de sangre y productos sanguíneos.Esto llevó a una disminución de diez veces en la mortalidad por tos ferina en los Estados Unidos entre 1945 y 1954.En 1971, se jubiló oficialmente a la edad de setenta años, pero continuó trabajando en el NIH como «consultor no remunerado».