[1][2][3] Las vespasianas, urinarios públicos para hombres, estaban instaladas en distintos sectores de Barcelona durante inicios del siglo XX y eran punto frecuente de encuentros casuales entre homosexuales.
[4] Entre quienes se encontraban en dichas vespasianas estaban «las Carolinas», un grupo de travestis que frecuentaban El Raval, entonces conocido también como el «Barrio Chino».
[5][6] El escritor francés Jean Genet, que vivía en Barcelona a inicios de los años 1930, describe con detalle el evento en su libro Diario del ladrón, donde señala que durante las revueltas anarquistas ocurridas en la ciudad en 1933, una bomba colocada en una vespasiana ubicada frente a las Atarazanas destrozó dicho urinario.
[7] Producto de ello, las Carolinas organizaron una marcha que se inició a las 8:00 del 9 de enero de 1933[1] en la Avenida del Paralelo para continuar por el Carrer de Sant Pau, llegando a La Rambla por donde descendieron hasta el monumento a Colón, virando hacia la derecha pasando por el puerto y los cuarteles militares hasta llegar al punto donde se encontraban las ruinas del urinario, lugar en el cual depositaron flores.
En octubre de 2017 fue presentado el Programa Carolines, que busca proteger los derechos de personas trans en Barcelona y cuyo nombre es un homenaje a las Carolinas.