A los veinticinco años entró a formar parte de Concilio Mayor de la ciudad.
Se graduó en Jurisprudencia en la Universidad de Padua.
El papa Inocencio XI ordenó a Marco Antonio arzobispo de Corfú y fue consagrado por su primo Gregorio en Santa María en Vallicella el 26 de junio de 1678.
Como arzobispo se dedicó a la reforma del clero, instituyó el seminario diocesano, predicó y promovió las obras de caridad e incitó a la ayuda de los afectados por la epidemia de 1684 entre los marineros de Venecia.
Al ir a Roma para solucionar un conflicto con Francesco Morosini, el senado de Venecia le confiscó todos sus bienes.