La diócesis de Montefiascone (oficialmente en latín: Dioecesis Faliscodunensis seu Montis Falisci) fue una jurisdicción eclesiástica de la Iglesia católica en Italia, suprimida por el papa Juan Pablo II en 1986.
El primer obispo fue el religioso agustino francés Pierre de Anguiscen, depuesto en 1378, por Urbano VI, por haber dado obediencia al antipapa Clemente VII.
Al obispo Girolamo Bentivoglio (1580-1601) fue a quien le correspondió la aplicación de las normas del Concilio de Trento.
Montefiascone quedó sola como diócesis, hasta el 27 de marzo de 1986, cuando fue suprimida por el papa Juan Pablo II, mediante bula Qui non sine, uniendo su territorio a la diócesis de Viterbo.
[4] El mismo papa Juan Pablo II restableció a Montefiascone como sede titular.