A los 15 años se trasladó con su familia a Viena[2] —su ciudad de residencia desde entonces-[3][2] para estudiar Etnología y Lingüística.
[2] Su película de graduación, Der Einzug des Rokoko inselreich der Huzis, causó un pequeño escándalo en la universidad en 1989, porque mezclaba animación, teatro, interpretación, música y bellas artes.
[2] En 2006, el festival de cine de cortometrajes VIS Vienna Independent Shorts dedicó una retrospectiva a su trabajo.
[4] Es una de las figuras más importantes del cine experimental europeo.
Mattuschka no es la única protagonista ante la cámara en sus vídeo-films, ya que su cuerpo también funciona como si de un lienzo se tratara, objeto y sujeto que es pintado, extendido, recortado, deformado con efectos especiales, etc.