María de San José

Desde el primer momento que vio Santa Teresa a María, siendo adolescente, se dio cuenta de sus dotes e inteligencia.

Años más tarde, en 1568 cuando Santa Teresa volvió de nuevo a Toledo y la vio hecha una mujer, sin darse aun la motivación de María, ésta la recriminó por ir vestida con galas.

Pero dos años más tarde María le notificó sus intenciones de ingresar en el Carmelo.

En diciembre de ese año una novicia, María del Corro, presentó acusaciones contra las monjas ante la Inquisición.

Tras los exámenes e investigaciones oportunas por parte del santo tribunal, la comunidad quedó absuelta de toda acusación.

Un cohete provocó un incendio al lado del nuevo convento a punto de convertir en llamas la casa apenas inaugurada.

No se verían más la santa y María de San José, pero siguieron manteniendo correspondencia frecuente.

Mientras María de San José, junto a otras prioras, consigue un Breve del papa Sixto V para mantener inalterada la herencia teresiana, es decir, mantener sus Constituciones aprobadas en 1581 en vida de Santa Teresa que el P. Nicolás Doria quería cambiar.

Copia de retrato de María de San José, primera priora de Sevilla