María de Córdoba (santa)

[3]​ En la década 850-860 tuvieron lugar en Córdoba persecuciones religiosas contra los cristianos que se saldaron con la muerte de unos cincuenta mártires mozárabes.

Tras vivir en Córdoba, donde había un ambiente opresivo hacia los cristianos, marcharon a Froniano en la montaña cordobesa.

Pasado un tiempo Pedro, sacerdote, el propio Walabonso y otros compañeros fueron martirizados por su fe cristiana, siendo decapitados.

Desde ese sueño, María sintió la vocación del martirio y deseaba por morir por Cristo.

Un día, María abandonó el monasterio para entregarse a las autoridades y exponerse al martirio.