María Vela y Cueto

María Vela y Cueto (Cardeñosa, 1561-Ávila, 1617) fue una monja cisterciense y escritora mística española, profesa en el convento de Santa Ana de Ávila.

[4]​ Las extenuantes penitencias que se imponía, en las que llegaba a atarse de pies y manos para dificultar el sueño, los ayunos continuos y el relato de las visiones y éxtasis que recibía en un casi permanente estado de oración, causaron alarma a algunos de sus confesores, que la trataron de loca, y provocaron el rechazo de sus compañeras de religión, que la tendrán por ilusa e hipócrita endemoniada, llegando a delatarla ante la Inquisición,[5]​ que en 1603 examinó su caso, sin otra consecuencia.

[6]​ Por mandato de uno de sus confesores, el jesuita Francisco Salcedo, escribió un primer relato de su vida que fue analizado favorablemente, entre otros, por Luis de la Puente, pero que dará lugar a alguna controversia entre jesuitas y dominicos, menos propensos a dar crédito a la religiosa.

[3]​ El último de sus confesores, Miguel González Vaquero, aunque él también dominico, la mandó poner por escrito el diario de su vida, que comenzó a redactar en 1607 y con alguna interrupción completó a finales de 1610, y aprobó sin reservas la espiritualidad y modo de vida de la religiosa, que en sus últimos años parece haber llevado una vida más tranquila y mejor aceptada por sus compañeras.

[8]​ Un año después apareció publicada en Madrid por la viuda de Alonso Martín su biografía, titulada La muger fuerte: por otro título, la vida de D. Maria Vela, monja de San Bernardo en el convento de Santa Ana de Ávila, escrita por el que había sido su último confesor, Miguel González Vaquero, y basada en su propia autobiografía.

Retrato de María Vela y Cueto. Grabado de Francisco de Paula Martí según Antonio Rodríguez . Inscripción: « verd.º ret.º de la muger fuerte, venerable sierva de dios / D.ª MARIA VELA Y CUETO / natural de la V.ª de Cardeñosa Obispado de Ávila, de la casa de los Marqueses / de Tabladillo, Cisterciense en el Rl. Monasterio de Sta. Ana de dicha Ciudad. / Murió en 24 de setiembre de 1617 de edad 56 años y 40 de profesión con opinión singular de he/roicas virtudes. Su venerab.e cuerpo se conserva incorrupto».