María Teresa Prieto

Recibió formación en Oviedo, en una etapa clave para comprender su obra, y estudió piano con Saturnino del Fresno (1867-1952),[1]​ el cual le dio a conocer la música de Johann Sebastian Bach, que influyó mucho en su obra.

Su primera composición, Escena de niños, es una obra para piano que está recogida en la revista Música en 1917.

Lo encontró en el dodecafonismo -que estudió con ahínco- en propias palabras de su sobrino, Carlos Prieto.

Éste acudía asiduamente a su casa -en San Ángel- para impartirle clases privadas, en las que el músico la instruyó en las bases de la composición dodecafónica.

La obra de María Teresa Prieto, y muy especialmente su producción sinfónica, evoca a su Asturias perdida.

En su última etapa, Prieto retomó la composición para voz y piano, un género muy utilizado por la autora durante gran parte de su carrera y con el cual se había introducido -de manera profesional- en el mundo de la creación musical.

Pero no fue totalmente cierto, ya que su última composición fue una adaptación para orquesta del ciclo para voz y piano, Canciones Modales.