María M., también conocida como Una mujer de la noche, es una película argentina dramática de 1964 en blanco y negro dirigida por Emilio Vieyra y protagonizada por Libertad Leblanc.
Fue la segunda y última colaboración entre Vieyra y "la diosa blanca", después de haber filmado juntos Testigo para un crimen.
A partir de ese momento decide reformarse y comenzar una nueva vida, pero el destino le tiene reservada una amarga desilusión.
La historia originalmente pensada por Emilio Vieyra era diferente a la versión que luego fue filmada.
Para evitar un conflicto con el Instituto Nacional de Cine, que subvencionaba la realización, Vieyra debió cambiar el desenlace, en donde residía gran parte del encanto de la historia: