Recibió el sacramento del bautismo en la parroquia de San Pedro Apóstol en Zapopan.
Juntos procuraron atender a los enfermos, en aquel entonces con muchas carencias materiales y buscando siempre apoyarlos espiritualmente.
Durante las épocas de crisis la orden se vio obligada a mendigar por las calles para obtener fondos.
A partir de 1911 la vida religiosa se vio crudamente perseguida por diferentes revolucionarios como lo fue bajo Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y sobre todo bajo la persecución religiosa a cargo de Plutarco Elías Calles bajo la llamada Ley Calles.
Las hermanas de la madre Lupita durante este periodo arriesgando su vida ocultaron en el hospital al entonces Arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez y a otros sacerdotes.