Al respecto el escritor David Ramón diría que Zea «fue una de esas primeras estrellas del cine sonoro mexicano.
Vino a representar con su bellísimo rostro la lírica mexicana, la volvió imagen fílmica que queda inscrita en nuestro cine.
Como cantante hizo giras por Cuba, Estados Unidos y algunos países sudamericanos; incluso hasta modeló lencería.
María Luisa Zea logró trabajar con todos los grandes de la Época y se la vio junto a Pedro Armendáriz, David Silva, Cantinflas, Emilio Fernández, Luis Aguilar, Ramón Gay, Jorge Negrete o Pedro Infante.
María Luisa vivió una etapa de decadencia en los años 50, cuando empezó a considerársela demasiado mayor para ser protagonista.