Era nieta de Abraham Senior, que cambiaría su nombre a Fernán Pérez Coronel, en 1492, cuando optó por ser bautizado ante los Reyes Católicos y su padre fue Íñigo López Coronel, preboste del movimiento comunero.
Tras ser Bravo ejecutado, las casas fueron entregadas a los hijos tenidos en común con su primera esposa y María retornó a su casa familiar en el cahal, tras esto María quedó en una situación muy difícil, pues poco después fallecieron también sus padres, en 1522, y su hermana, además, los bienes de su familia fueron parcialmente incautados por la hacienda pública, al igual que otros de sus familiares fueron igualmente condenados por el aparato habsbúrgico.
Gracias a su marido pudo recuperar el resto de su hacienda incautada.
Pidió ser enterrada junto a su madre, en la capilla que había erigido su abuelo, en el Monasterio de El Parral.
[6] Sus hijos vendieron los inmuebles familiares en Bernardos al hidalgo Juan de Miramontes.