Manuel Verdugo y Albiturría

En Canarias, su carrera eclesiástica no se detuvo y pasó por otras dignidades.Entonces, Canarias constituía una única diócesis con residencia del obispo en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, que por aquel entonces se denominaba Las Palmas, a secas.Ya en Las Palmas, el Obispo Verdugo realizó una encomiable labor en favor de asilos, hospitales, iglesias, conventos y familias necesitadas.Como reconocimiento, la ciudad bautizó con su nombre al nuevo puente que, a mediados del siglo XX sería derribado para canalizar el barranco y trazar una autovía.Así, cuando ésta se decretó por primera vez en la primera década del siglo XIX, procedió a clausurar sus cárceles, a quemar sus sambenitos y a recopilar sus archivos, los cuales eran un valioso testimonio de gran parte de la historia de Canarias.