Manuel Quijano (siglo XIX)

[1]​ Tenía tres hermanas que dependían de él y, al parecer, padecía tuberculosis o alguna enfermedad que le afectaba los pulmones, por lo que pidió exención de militar en el ejército.

Al fallecer el rey Carlos IV en Roma en 1819, fue el encargado de seleccionar la música para las honras fúnebres.

Según el musicólogo José Subirá es posible que compartiera la dirección musical en los teatros del Príncipe y la Cruz con Carnicer y con Esteban Moreno; el caso es que se hizo muy popular por la música que puso a numerosas piezas teatrales: Don Quijote, La caída de Godoy, Margarita de Strafford, El día de San Fernando, Pedro el Grande, la comedia de magia El genio Azor, o el protector caprichoso etc.; incluso Francisco de Goya le pintó un retrato que se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Fuera de su propia música realizó además numerosos arreglos y orquestaciones para óperas, y se dedicó a la docencia de cantantes e instrumentistas.

En 1837 figura como uno de los músicos del recién fundado Liceo Artístico y Literario de Madrid junto a compositores tan destacados como Ramón Carnicer, Basilio Basili, Nicolás Ledesma, Pedro Albéniz etc.

Retrato de Manuel Quijano por Francisco de Goya (1815), MNAC , Barcelona .