[5] La situación financiera de la familia empeora con la muerte del padre en 1832, y se mudan a Sevilla para que los cinco hijos puedan estudiar en la universidad.
[4] El benjamín, Manuel María, con menos facilidad para el estudio que sus hermanos, pero dotado de determinación y habilidad, se colocó de empleado en la oficina comercial Lasanta y Cía.
[4] Allí pudo presenciar el dinamismo creciente de las exportaciones bodegueras, que le empuja a adentrarse en la industria del vino de jerez.
Esto le permitió adquirir la viña San Antonio y, posteriormente, una gran extensión de terreno al suroeste de la ciudad, donde construyó nuevos cascos bodegueros, como La Constancia y Los Apóstoles.
Además, la visita de la reina Isabel II a Jerez en 1862, donde presenció una "pisa de uva" en sus bodegas, elevó aún más su prestigio industrial y personal.