Manuel Eduardo Álvarez
Fue ordenado presbítero en 1833 y se incorporó al clero de la Catedral de Córdoba, hasta ser expulsado en 1841, debido a la participación de su hermano mayor en la Coalición del Norte.Trasladado a Buenos Aires, se doctoró en teología en la Universidad porteña.Inició su gestión en los últimos meses del mandato de su hermano Juan Antonio como gobernador de Córdoba, y durante la misma se inició, sin alcanzar los ribetes escandalosos a que llegaría años más tarde, el conflicto que llevaría a la ruptura entre la Iglesia católica y el estado nacional en la década siguiente; con la oposición de los líderes católicos y del obispo, el estado abrió varias escuelas laicas, ocupando los cargos de maestras con jóvenes estadounidenses protestantes.[1] En 1877 realizó un sínodo de todos los prelados de su diócesis, algo que debería haber sido habitual pero que fue el único sínodo diocesano del siglo XIX en la Argentina.También se decidió que en las iglesias sólo fueran sepultados los prelados y monjas.