Mansfield Park es quizá el texto más sombrío y perturbador de Austen.
Cuando los hijos ya son mayores, Sir Thomas se va durante un año para ocuparse de los problemas en su plantación en Antigua.
María cree que Henry está realmente enamorado de ella, y trata al señor Rushworth con frialdad, provocando sus celos.
Animados por Tom y su amigo, el señor John Yates, los jóvenes deciden representar la obra teatral Promesas de Enamorados.
Pero Sir Thomas llega por sorpresa en mitad de un ensayo, lo que pone fin al plan.
Sin embargo, su dulzura y bondad genuinas hacen que sea él quien se enamore de ella.
Cuando le propone matrimonio, Fanny lo rechaza por sus coqueteos indebidos con sus primas, así como por su amor por Edmund.
Henry visita a Fanny en Portsmouth, para demostrar que ha cambiado y es digno de su afecto.
Para empeorar las cosas, Tom ha enfermado durante una de sus correrías y Julia se ha fugado con el señor Yates.
Aunque Edmund sabe que el matrimonio con Mary Crawford es ahora imposible debido al escándalo causado por sus parientes, va a verla por última vez.
Su principal preocupación es encubrir la situación, y afirma que si Fanny hubiera aceptado a Henry, él habría estado demasiado ocupado y feliz como para tener una aventura; simplemente habría sido un coqueteo temporal.
Jane Austen señala que si Crawford hubiera insistido en cortejar a Fanny y no sucumbir a la relación amorosa con María, Fanny finalmente habría aceptado su propuesta de matrimonio, especialmente después de que Edmund se hubiera casado con Mary.
La biógrafa de Austen Claire Tomalin, que en general es bastante crítica con Fanny, argumenta que «cuando deja a un lado la obediencia por permanecer fiel a su propia conciencia, Fanny se eleva en un momento de auténtico heroísmo».
La Revolución Industrial estaba en su apogeo y el país atravesaba una crisis como resultado, pero tampoco esto se menciona nunca en sus novelas.