[3] Para Ohsawa,[4] según esta cosmología, toda manifestación o creación sigue un mecanismo en espiral, que se explica como sigue: El Uno o Infinito es "expansión";[5] cuando se divide, la fuerza constrictiva (Yang) se encuentra con la oposición de la fuerza expansiva (Yin), pero como sigue siendo alimentada en permanencia por esta "expansión infinita", quiere seguir avanzando.
Ohsawa explica que la espiral de creación evoluciona en diversas etapas: la fuerza constringente se va concentrando y, en un momento dado, sobrepasa la resistencia contraria: se produce un salto, que la hace avanzar de una manera logarítmica.
El hombre sería así un "portador de vida",[6] la finalidad del cual es adquirir la conciencia; así, la vida puede volver hacia su origen enriquecida con esta conciencia obtenida gracias a ciertas vivencias únicas.
Con respecto a los alimentos, se definen comparándolos con la composición de nuestra sangre (sobre todo la relación sodio/potasio).
En su libro La era atómica, explica: "El Orden del Universo está regido por siete principios que constituyen la lógica universal.
No hay nada que sea estable o constante en este mundo relativo."
[13] Según éste, el desarrollo global del hombre (tanto físico, como mental y espiritual) tendría que hacerse a solas de una manera natural.
No hay, pues, ninguna prohibición alimenticia, sino una readaptación a cada caso particular.
Ohsawa insiste mucho en el hecho de que "la práctica sin la teoría es peligrosa, pero la teoría sin la práctica es inútil", y propone 10 regímenes equilibrados, yendo del más abierto al más estricto.
Quizás es recomendable enfatizar que mientras las dietas por lo general son restrictivas, la macrobiótica no restringe, puesto que no prohíbe alimentos, permite organizarlos o listarlos de acuerdo a su nivel de riesgo para quien los consume.
Así, si una persona se considera sana y busca seguir siéndolo, no tiene que abstenerse de un gusto o capricho, simplemente debe tener en cuenta que si ese gusto fue un alimento de alto riesgo (embutidos por ejemplo), solo debe volver a consumirlo pasado un tiempo prudencial para que el cuerpo se haya limpiado de las toxinas generadas.
Según esta filosofía, sólo hay una única enfermedad universal y todo el resto son sus manifestaciones: se trata de la arrogancia, en tanto que expresión extrema del egocentrismo.
Así la "enfermedad", según la visión macrobiótica, es una reacción natural del cuerpo con el fin de reequilibrarse.
Durante este proceso, éste elimina los excesos nocivos creando lo que se denomina "síntomas" y para ayudarlo, la macrobiótica preconiza darle el máximo de confianza, interviniendo lo menos posible para propiciar el fin de la "eliminación".
[14] Aun así, la macrobiótica curativa también utiliza diversos remedios externos y alimentos específicos, basados en la medicina tradicional extremo-oriental y en los propios hallazgos de George Ohsawa, el cual experimentó sobre sí mismo los efectos de numerosos alimentos.
Según esta lógica, si la "enfermedad" es la arrogancia, la "salud" es lo contrario, es decir la humildad (y no sólo a nivel del comportamiento, sino en tanto que estado profundo).
Por su parte, en Oriente tradicionalmente siempre se ha relacionado la alimentación con la espiritualidad y con la salud (tanto personal como social).
De forma precedente, otros autores ya habían empezado a hacerlo, como por ejemplo el erudito Ekiken Kaibara (1630 - 1716), los escritos del cual están reunidos en un libro titulado Yojokun ("Consejos para la longevidad").
Ha divulgado igualmente un régimen estándar macrobiótico, fácil de adoptar sin muchos conocimientos, y ha asociado otras disciplinas (do in, shiatsu) y teorías (como aquella de los cinco elementos) para facilitar el acceso a un público más amplio.
La macrobiótica, sobre todo en tanto que dieta, ha tenido buena acogida en los países de influencia anglosajona y nórdicos (Holanda, Flandes, Alemania.
Las dietas macrobióticas estrictas que excluyen la ingesta de productos animales pueden derivar en deficiencias nutricionales si no se planifican cuidadosamente.
Recurrir a la dieta macrobiótica para sustituir o retrasar tratamiento médico convencional en pacientes con cáncer puede acarrear graves problemas de salud.
[19] Los niños son también particularmente propensos a sufrir deficiencias nutricionales derivadas de la dieta macrobiótica.