[3] Los artefactos de la música electrónica académica están relacionados con la búsqueda de un sonido innovador y «no acústico» como tal, junto con la búsqueda de innovaciones en la armonía, el ritmo, la forma, la instrumentación, etc; en contraste con las composiciones de música electrónica aplicada, que se basan en la armonía tonal y en técnicas armónicas familiares al oído (secuenciación, ostinato, modulación), métricas de compás acentuadas y construcciones formales sencillas (rondó, variaciones, suites, etc.) En términos generales, el término «música electrónica académica» describe el arte musical que se basa en la aplicación de la tecnología electrónica e informática y se inspira en gran medida en las mejores tradiciones de la escuela académica.
[4][5] Entre los compositores que han trabajado en esta dirección se encuentran Luciano Berio, Karlheinz Stockhausen, Janis Xenakis, Dieter Kaufmann, György Ligeti, Luigi Nono, Bruno Maderna, Pierre Boulez, Iancu Dumitrescu y otros.
En el círculo de los músicos profesionales, la «música electrónica académica» hace referencia a las creaciones de los compositores más famosos que trabajaron en el ámbito de la música de vanguardia, experimental y alternativa (electroacústica, concreta, akusmática, espectral, estocástica, informática, etc.), como Edgar Vázquez, Edgar Varèse, Pierre Schaeffer, Max Matthews, Henry Cowell, Milton Babbitt, Henri Pousseur, entre otros.
[6] La música electrónica académica contemporánea incluye obras creadas mediante muestreo y síntesis, así como instrumentos musicales tradicionales cuyos sonidos se procesan electrónicamente.
[6] Su público son pequeñas comunidades de músicos e intérpretes académicos, cuyos miembros tienden a considerar la música electrónica como elitista e intelectual, más que popular y dominante.