Luis de la Cadena

Siendo joven, recibió una educación esmerada, dirigida por su tío, el abad-canciller Pedro de Lerma y, tal vez, estudió en la Sorbona como él.

[2]​ Fue después obispo auxiliar en Almería y en ella hubiese sucedido al obispo titular, ya anciano, de no haber faltado los cardenales Cisneros y Fonseca.

[2]​ En su ausencia, Siliceo dio malos informes y la delación a la Inquisición de Toledo, formulada en enero de 1551, prosperaba.

[2]​ En estas circunstancias, hubo de salir de España y acudió a París; siendo doctor de la Sorbona, regentó allí una cátedra, en cuyo cargo falleció.

[2]​ Compuso oraciones y poesías; de hecho, según Martínez Añíbarro y Rives, varios autores lo citan como «elegante poeta».