Luis III el Ciego

Sucedió a su padre en el trono de Provenza tras su muerte en 887.

En el año 900 había derrotado a Berengario del Friul en la península italiana con el objetivo de arrebatarle sus posesiones.

Sin embargo, dos años después fue vencido por Berengario, que le dejó marchar bajo la promesa de no regresar.

En el año 905, Luis III volvió a enfrentarse con Berengario pero resultó nuevamente derrotado y capturado por su adversario, que le condenó a ser cegado.

Luis III perdió el título imperial ese mismo año, y su rival se convirtió en emperador.