Al joven Aspirante le toca participar en varias acciones en las costas peruanas.
En esta labor, restableció el orden y la tranquilidad mediante un enérgico combate contra el pillaje; fue así que encabezó el fusilamiento público -y posterior exhibición de los cadáveres- de al menos 15 personas.
Ese año, se acogió a retiro tras cuarenta y cinco años de servicio naval.
[1] El 1 de enero de 1930, el Almirante Gómez es víctima de un fatal accidente automovilístico en el antiguo camino que unía las ciudades de Viña del Mar y Quilpué, actual calle Limache, a la altura del puente "El Olivar", lugar donde actualmente se halla emplazado un monolito recordatorio.
Sus restos descansan en el Cementerio N.º 2 de Valparaíso, en el cerro Panteón y su epitafio dice "fondeado sin novedad".