Su libro Economía y Cultura en la Historia de Colombia marcó un hito en la historiografía colombiana, pues influyó enormemente en las posteriores investigaciones sobre el pasado nacional.
Sus padres fueron Ángel María Nieto Díaz y Herminia Arteta Molina, quienes se encargaron de brindarle una educación influida por la humanística, mientras realizó sus estudios en el Colegio San José en Barranquilla.
[2] En el bachillerato, se denotó la inclinación de Luis Eduardo por la literatura y la filosofía.
[2] En esta tesis Nieto Arteta trabajó sobre la personalidad del delincuente y sobre el crimen como fenómeno social.
[2] Nieto Arteta, a pesar de la influencia que recibió del pensamiento europeo, consideró que debía desarrollarse una Sociología americana, pues veía en los historiadores y pensadores latinoamericanos una tendencia a reproducir hechos históricos ocurridos en Europa para acomodarlos en los contextos americanos.
La sociología era concebida por Nieto Arteta como una herramienta para comprender a profundidad el campo en que destacaba la especifidad americana, la economía colonial.
En cuanto a su pensamiento jurídico, Nieto Arteta estableció en su tesis de grado de Lombroso a Pende las relaciones entre las teorías del criminalista italiano Cesare Lombroso y el médico Nicola Pende.
El libre albedrío entonces no existía, pues los sujetos estaban predestinados, por sus condiciones físicas, a la realización de actos criminales.
Por otro lado, las propuestas de Pende, con base en sus investigaciones endocrinológicas, concluyó que las desviaciones psicológicas estaban determinadas por las características físicas del sujeto.
Los postulados de Lombroso y Pende fueron criticados por Nieto Arteta, quien los consideró deterministas e incompletos, pues no tomaban en cuenta la influencia social sobre quienes cometían delitos.
Además, en la época en que Nieto Arteta escribió su trabajo, la atmósfera jurídica intelectual de la época promovió la enseñanza de las teorías positivas penales italianas, aunque el joven abogado destacó por un elemento no muy común en los demás, el marxismo.
[8] La primera edición del libro estuvo compuesta por un prólogo, 22 capítulos, un apéndice y una sección bibliográfica que incluía solamente a autores latinoamericanos, dejando por fuera a autores europeos utilizados por Nieto Arteta como Karl Marx o Rosa Luxemburgo.
La cultura, por su parte, tiene un desarrollo muy difuso en el libro, asociandose con hábitos, creencias e ideologías.
La historia hasta ese momento había sido escrita con un marcado carácter político y militar.
Ante este panorama, Nieto Arteta escribió en el prólogo de su obra que "Actualmente la ciencia histórica sufre en nuestra nación una muy grave crisis.
Se limitan ellas a la reproducción de unas cuantas afirmaciones triviales que no permitirían desentrañar la índole auténtica y necesaria del fluir incesante de la historia"[9] Dado lo anterior, desde el nombre mismo de la obra se vislumbró una irrupción en la época, pues no se había tenido en cuenta la economía y la cultura en la escritura del pasado nacional.
La reseña más completa la hizo Jaime Jaramillo Uribe, quien escribía para la revista Educación, de la Escuela Normal Superior.