[1] En ese periodo viajó por Galicia, Castilla, Vasconia, Aragón, Baleares, Portugal...[a] Con 16 años se interesa por las vanguardias artísticas, especialmente el surrealismo.
[4] Torres García regresó a Uruguay tras la escasa repercusión de la citada muestra de vanguardia, y Castellanos estrechó su colaboración con el círculo de Vallecas para el que supondría una valiosa aportación intelectual e ideológica,[5] junto a Palencia y Maruja Mallo.
Así, destaca el retrato realizado al escultor y amigo Eduardo Díaz Yepes, en sintonía con planteamientos futuristas y varias obras de estilo surrealista, como Personajes,[12] Rebelión anarquista,[13] o Heroica (1933).
[14] Tras su reincorporación a la vida civil en 1940, su labor artística se vio interrumpida en varias ocasiones por su afección pulmonar.
Buena parte de sus obras están realizadas teniendo en cuenta la “proporción áurea” -también llamada “número áureo”, “sección de oro” o “divina proporción”-.