Dado que los novios tenían trece y quince años respectivamente y que nadie les había instruido en qué esperar de la noche de bodas, ésta resultó un desastre y terminó con los esposos huyendo del cuarto sin querer compartir la cama.
A tal punto fue la situación que recibieron una llamada de atención del mismo rey.
El 13 de junio se pusieron bajo las órdenes del duque Carlos V de Lorena.
Combatieron valerosamente en Novigrad, Neuhäusel y en la liberación de la ciudad de Esztergom asediada por los turcos.
A fines de ese mismo año, la princesa de Conti contrajo viruela y Luis Armando se desvivió por curarla; ella se recuperó pero el fiel esposo contrajo la terrible enfermedad y murió sin dejar herederos.