En 1857, viajó pensionado a Roma con artistas como Rosales, Palmaroli y Dióscoro Puebla.
Residió en Roma hasta 1894, con algunas breves interrupciones por retornos a Madrid, como el de 1866-1867, y en la capital italiana contrajo matrimonio.
En 1867 concurrió a la Exposición Nacional con las obras Doña Isabel la Católica en la Cartuja de Burgos y El Cardenal Penitenciario en San Juan, obteniendo segunda medalla por la primera obra.
Fue sobre todo un pintor romántico, que se inspiró en los temas de historia para realizar sus cuadros.
Durante su mandato al frente del Prado se hicieron varias donaciones, especialmente de Goya, y llegó al museo La familia del infante don Luis de Borbón.