Lareategui enseguida vio las dotes artísticas de Alberdi y lo puso bajo las órdenes del maestro damasquinador Agustín Larrañaga.Poco tiempo después comenzó a realizar trabajos en su domicilio que posteriormente ocuparían todo su tiempo laboral.En 1952 obtiene plaza en la Escuela Municipal de Dibujo, donde llegaría a ser director manteniendo ese puesto por 32 años.Alberdi descolló en la enseñanza por su manera natural y afable de transmitir sus conocimientos.Bajo su batuta fueron muchos los artesanos damasquinadores que se formaron y mantiene el arte de la incrustación del oro en el acero vivo.Logró huir, junto con Eusebio Lafuente, permaneciendo oculto hasta el fin de la guerra.Era un gran aficionado a los toros y seguidor del torero eibarrés Pedro Basauri Pedrucho.