Hoy en día se escribe Eibar de manera oficial tanto en euskera como en español, si bien en este último idioma se exige la grafía Éibar para su correcta lectura y pronunciación, sin dejar por ello de ser el mismo topónimo.
Pero no está documentado ni que la forma Egóibar o el término Eguibar, que sería la forma intermedia entre Egóibar y Éibar, haya hecho nunca referencia a esta localidad, a pesar de tratarse Eguibar de un apellido vasco bastante extendido.
La etimología del nombre sería; "Kinarraga", "Kiñarra" de Kiñar, brezo y "-aga" "lugar donde hay" es decir "lugar donde hay brezo"; "Otaola", "Otola" de "ote", "ota", argoma o tojo y "ola" fábrica, factoría.
El barrio de Mandiola se sitúa en la parte norte del municipio y hace frontera con Ermua.
Forma un pequeño núcleo poblacional en el centro del cual se sitúa la iglesia de San Miguel, cuenta con cementerio propio.
En euskera de Éibar el nombre del barrio se pronuncia Agiñaga o Agiña.
La altitud oscila entre los 795 m (pico Urko), en el límite con la provincia de Vizcaya, y los 90 metros en la desembocadura del río Ego.
EAJ-PNV aumentó su porcentaje de voto, ganando un concejal y superando a EH Bildu como segunda fuerza.
En 1766 Éibar participa en la Machinada y años más tarde, en 1794, sufre el ataque de los franceses, que destruyen la población.
[20] La Guerra Civil hace que Éibar sea declarada «región devastada» al quedar prácticamente destruida en su integridad.
En la última parte del siglo XX la industria eibarresa diversificó su producción desarrollando una extensa gama de productos diferentes.
[21] El primer documento escrito que hace referencia a la industria armera eibarresa es una petición de dos lombardas fechada en 1481.
El trabajo industrial, primero en la ferrerías y posteriormente en los talleres gremiales, ha sido, desde siempre, la base económica de Éibar.
Durante la ocupación francesa se formó, liderada por Gaspar Jáuregui, una organización ilegal que mantenía una estructura política paralela a la oficial.
El sentir progresista de los eibarreses propició que las ideas socialistas arraigaran en sus gentes.
Estas explotaciones agrícolas y ganaderas se combinan con el trabajo en las fábricas, por lo que tienen un carácter secundario en la economía.
Conocida como la ciudad armera por su importante industria de armas, ha desarrollado siempre una gran actividad industrial centrada en la manufactura metálica.
Esta actividad artesana ha sido combinada con la armera, convirtiendo algunas armas en verdaderas joyas ricamente decoradas con hilo de oro.
Muchas empresas eibarresas se instalaron luego en otros municipios, tanto de las comarcas cercanas como más lejanas.
En ella se centran los servicios comarcales de todo tipo: educación, sanidad, bancarios, comercio...
La actividad industrial también cuenta con sus servicios en la ciudad; el centro de investigación o la corporación comarcal tienen su sede en ella.
[27][28] Los pequeños comerciantes para mejorar su posición han creado la asociación Éibar Centro Comercial Abierto.
Las empresas diversifican sus productos, cambiando las armas por bicicletas, piezas para automóvil o máquinas de coser.
Ya a finales del siglo XVIII había sido muy dañada por las tropas francesas que la incendiaron destruyéndola casi completamente.
Hay algunos edificios relevantes que se han derribado, por diferentes motivos, en los últimos años del siglo XX entre ellos destacan especialmente los siguientes: Los edificios y elementos de interés que han perdurado se encuadran en la siguiente calificación, arquitectura civil, religiosa, rural e industrial.
Hay una serie de caseríos interesantes, entre ellos están; Eguiguren, Untzeta, Zelaia, Zozola, los de Kutunegieta que forman un conjunto definido, Areta, Iraegi Handikoa, Barrenetxea, Gisasola, Suinaga, Iraragorri, San Juan, Ezkaregi, Ibar-gain, Pagei, Aritxulueta y Mandiola Azpikoa.
La complicada orografía eibarresa (el valle del río Ego es muy estrecho y abrupto) obligó a realizar un aprovechamiento del terreno singular, que unido con la tradición gremial, especialización de diferentes labores en pequeños talleres e incluso domicilios, llevó a un desarrollo urbanístico y arquitectónico muy determinado en donde la industria, entremezclada con la vivienda, condiciona el crecimiento urbano de la población.
[65] En Éibar, junto al castellano, se habla el euskera en la variedad dialectal vizcaína con ciertas particularidades.
Aunque la industria fue evacuada a lugares más seguros, así como buena parte de la población civil, su simbología se mantuvo viva.
Esto fue así debido a que las fábricas de bicicletas importantes como Orbea, GAC o BH nacieron y tuvieron su sede en esta ciudad.